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VOLUNTAD Y PROYECTO PERSONAL - Coggle Diagram
VOLUNTAD Y PROYECTO PERSONAL
DESEAR Y QUERER
Todo comienza por el deseo, pero para llevarse a buen término es necesario que éste se transforme en algo que se quiere.
Desear y querer son dos pretensiones, una que navega pilotada por los sentimientos, mientras que la segunda es guiada por la voluntad.
Toda la conducta motivada implica elección. Voluntad es elegir, y elegir, renunciar.
Trae consigo un comportamiento más lejano, que necesita sacrificar lo cercano y apostar por aquello que ilusiona, pero que está aún en la lejanía.
Este proceso complica las cosas, porque requiere ya un cierto grado de madurez.
La meta es un estímulo para la acción, sobre todo en los momentos difíciles, el punto de referencia por el cual se dirige la voluntad.
En la práctica, el desear y el querer aparecen mezclados; pero en la teoría es bueno separarlos, para saber en qué terreno estamos.
La motivación es siempre la representación anticipada de la meta, lo que nos conduce a la acción.
Sólo quien sabe esperar es capaz de utilizar la voluntad sin recoger frutos inmediatos. La mejor de las metas es una ecuación entre felicidad y proyecto personal.
LA FELICIDAD COMO PROYECTO PERSONAL
El tema de la felicidad tiene un fondo interminable.
Para llegar a ser feliz es necesario que la vida tenga argumentos concretos, sólidos, firmes, que arrastran al hombre hacia lo mejor.
La felicidad es la aspiración más completa del hombre, la más alta, su vocación fundamental, su inclinación primaria, hacia la que apuntan todos sus esfuerzos.
La felicidad es el bien supremo perfecto, y su objetivo la realización plena de uno mismo.
Esto se concreta en dos segmentos claves:
1) haberse encontrado a sí mismo, es decir, tener una personalidad con cierta solidez, en la que uno se encuentra a gusto.
2) tener un proyecto de vida.
LA VICTORIA SOBRE SÍ MISMO
Toda educación empieza y termina por la voluntad, y ésta se fortalece a base de hábitos y de repetición.
No hay rutina cuando se procura poner amor en lo que se hace.
El hombre inferior vive aferrado a lo inmediato, mientras que el hombre superior se proyecta hacia delante, sacrificando la satisfacción pronta e inminente.
Voluntad y felicidad están muy unidas y relacionadas, siempre que se tengan claros los pasos que se quieren seguir.
El verdadero objetivo de la voluntad es conseguir la victoria sobre uno mismo, que abre las puertas para la conquista del autodominio, a través del cual no nos desviamos de la meta, y nos entregamos con ardor.
LA FELICIDAD ES UN RESULTADO
En el Talmud judío leemos el siguiente proverbio:
«El hombre fuerte es el que domina sus instintos y sus pasiones; el hombre sabio, el que aprende de todos con amor; y el hombre honrado, el que trata a todos con dignidad.
Para mantener tensa y bien dispuesta la voluntad es esencial ejercitarse en pequeños vencimientos que no reporten ningún beneficio inmediato.
Si la felicidad es un resultado, la vida es un ensayo hasta conseguir exteriorizar lo mejor, lo más humano que se lleva dentro, sin olvidar que para alcanzar esa paz interior son inevitables las contradicciones, las contrariedades y el sufrimiento en sus diversas formas.
En una palabra: la felicidad consiste en vivir en armonía y
orden con uno mismo.