su característica más importante es la misma variabilidad, al depender de la localización de las lesiones desmielinizantes. En general, es frecuente la aparición de parestesias, debilidad, diplopia, alteraciones de la visión, nistagmos, disartria, ataxia, alteraciones de la sensibilidad profunda, disfunción vesical, alteraciones emocionales y deterioro cognitivo, entre otros. En cuanto a la edad de comienzo, es más frecuente entre los 25-35 años
En la exploración existen diversas combinaciones:• Hipoestesia táctil, térmica o dolorosa o disminución de la sensibilidad profunda.• Alteración motora caracterizada por la pérdida de fuerza en 1 o más miembros, especialmente los inferiores, produciendo una marcha en la que apenas se elevan las piernas, como de arrastre. • Paresias o parálisis, hiperreflexias osteotendinosas, Babinsky bilateral, etc. • Manifestaciones de la disfunción del tronco cerebral: disartria, disfagia, parálisis facial nuclear o vértigo. • Nistagmo (horizontal, vertical o rotatorio) que puede ser un signo casi patognomónico de EM en jóvenes. • Afectacioes del nervio o el quiasma óptico, que suelen inducir alteraciones visuales