"La persona del Nuevo Testamento es al mismo tiempo totalmente justa en Cristo y totalmente pecadora en sí misma, simultánea y totalmente pecadora y santa. Es decir, la situación humana nunca cambia, y la situación divina nunca cambia... El cristiano, en cualquier punto en tiempo y espacio, es pecaminoso y salvado. Lutero dice que así como Cristo sobre la cruz se encuentra suspendido entre el cielo y la tierra, de la misma forma el cristiano vive entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, totalmente antiguo, totalmente nuevo, esperando por la gloria final cuando será total y finalmente nuevo. Un cristiano es simultáneamente pecaminoso y salvado o, para decirlo de otro modo, un cristiano es simultáneamente Antiguo y Nuevo Testamento".
(Hagen, “Luther on Atonement Reconfigured”, 263)