El abordaje de la intervención social desde las subjetividades, desde la singularidad, hace que se entienda al sujeto como un ser pleno, con potencialidades y condicionantes a lo largo de su vida, interpretando lo que encuentra en el mundo desde el referente de sus propios intereses, motivos, deseos, esperanzas y compromisos ideológicos.
La profesión no existe escindida de unos determinados sujetos, portadores de problemas o necesidades que demandan de alguna intervención para su resolución.
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