El hemisferio derecho, por otra parte, desarrolla todas las funciones que requiere un pensamiento o una visión intelectual sintética y simultánea de muchas cosas a la vez. Debido a ello, este hemisferio se encuentra dotado de un pensamiento intuitivo capaz de percepciones estructurales, sincréticas, configuracionales o gestálticas, y puede comparar esquemas o engramas en forma no verbal, analógica, metafórica, alegórica e integral. Su manera de operar se relaciona, por consiguiente, con su capacidad de aprehensión estereognósica del todo, con su estilo de proceder en forma holista, compleja, no lineal, tácita, simultánea y no causal. Esto le permite orientarse en el espacio y lo habilita para el pensamiento y la apreciación de formas espaciales, el reconocimiento de rostros, formas visuales e imágenes táctiles, la comprensión pictórica, estructuras musicales y, en general, de todo lo que requiere pensamiento visual, imaginación, o está ligado a la apreciación artística.
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