La enfermedad va a exigir a la familia la necesidad de asegurar nuevas y distintas funciones: intentar reconfortar al enfermo, participar en las decisiones médicas y en los cuidados y, paralelamente, esforzarse por asumir los aspectos cotidianos adaptándose a una situación médica en evolución constante. (Centeno Cortés, Gómez Sancho, & Nabal Vicuña, 2009)