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1. El ser humano como ser racional., 2. La verdad. - Coggle Diagram
1. El ser humano como ser racional.
1.1 Conocimiento sensible y conocimiento inteligible.
El conocimiento sensible.
Los seres humanos tenemos contacto con el mundo exterior a través de los sentidos.
La psicología y la filosofía suelen distinguir entre sensación y percepción, y ambas forman el conocimiento sensible.
La sensación es solo fisiología, porque es la alteración que produce una energía en un órgano sensorial, mientras que la percepción es psicofísica, porque interpreta y da sentido a los estímulos sensoriales.
La percepción no es objetiva sino subjetiva, pues en ella influyen factores culturales, el lenguaje incluso las motivaciones, los intereses y las expectativas del sujeto.
El conocimiento inteligible.
Además del conocimiento a través de los sentidos, los humanos tenemos esa capacidad racional de la que hablaba Aristóteles, que no sirve para conocer y entender el mundo.
Es lo que se llama conocimiento inteligible.
Hay tres operaciones básicas que realiza el conocimiento inteligible:
➔ El juicio: es la relación que el pensamiento establece entre dos conceptos al afirmar o negar uno de otro.
➔ El razonamiento: es el proceso mental que relaciona dos o más juicios conocidos, que se llaman premisas, y deriva necesariamente de ellos un juicio distinto que recibe el nombre de conclusión. Lo que hace que en un razonamiento sea correcto no es que sea verdadero o falso, sino su validez formal, que de las premisas se derive necesariamente a la conclusión, que suele unirse por medio del adverbio o la locución adverbial. La ciencia que estudia la regla de la validez formal de los razonamientos es la lógica.
➔ Un concepto: es una representación mental universal y abstracta de un objeto.
1.2 Los límites de la razón.
El racionalismo de Descartes.
En el siglo XVII, René Descartes quiso crear un sistema filosófico que fuera capaz de descubrir toda la verdad y de tener certeza de ella, de saber con seguridad que efectivamente son verdades.
Tras varios intentos fallidos, por fin creyó encontrar las reglas del método: la evidencia, el análisis, la síntesis y la enumeración.
La primera regla se concreta en la duda metódica, en utilizar la duda como método para averiguar la verdad.
Aplicando las cuatro reglas, Descartes duda de lo que percibe a través de sus sentidos, porque pudiera ser que lo percibido no fuese real sino un sueño.
Descartes resume esa evidencia en una idea absolutamente verdadera: soy una cosa que pienso; pienso, luego existo.
Y sabe que esa idea no la ha deducido de otra ni la ha aprendido, sino que es una idea innata.
El pensamiento racional, deductivo y riguroso desde la propia conciencia es lo que, según Descartes, permite conocer la verdad, por eso esta filosofía se llama racionalismo.
El empirismo de Hume.
El empirismo es la filosofía que afirma que todo conocimiento procede de la experiencia, que no hay idea innata, que en la mente del recién nacido es una página en blanco que se va a llenando con la experiencia.
El filósofo escocés David Húme, en el siglo XVIII fue quien llevó hasta las últimas consecuencias la idea empirista
Cualquier idea que no proceda de una impresión, según él, es falsa.
La idea y los conceptos propios de la metafísica son dogmáticos, pues ni son demostrables, ni aportan conocimiento alguno, por eso los principios lógicos son solo asociaciones que hace la mente del sujeto gracias a la memoria y a la experiencia.
El idealismo trascendental de Kant.
Immanuel Kant es uno de los filósofos más importantes de toda la historia de la filosofía y su sistema filosófico es de los más influyentes en todo el pensamiento de la ilustración.
Fue un filósofo racionalista hasta que leyó los textos de Hume y se propuso una tarea que parecía imposible; sintetizar en un único sistema el racionalismo y el empirismo.
En su crítica de la razón pura, Kant expone que no existen ideas innatas, como pensaban los racionalistas, pero si una operación presenta en todo ser racional, unas formas a priori de la sensibilidad y unos conceptos a priori del entendimiento.
El irracionalismo de Nietzsche
En los tres casos anteriores, los límites de la racionalidad vienen dados por lo que podemos conocer: lo que podamos deducir exactamente del yo pensante cartesiano.
Friedrich Nietzsche en Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, expone que el único conocimiento verdadero es la intuición sensible y particular de una persona.
Si queremos expresarlas tenemos que utilizar palabras que nos hemos inventado para referirnos a las cosas, términos que ponemos en lugar de lo que sentimos y metáforas.
El conocimiento, científico o filosófico, no es más que una forma de falsear el mundo que es irracional de por sí.
1.3 Razón teoría y razón práctica.
Aristóteles distinguía cinco formas de acceder a la verdad, cinco saberes distintos aunque relacionados: la intuición, la ciencia, la técnica, la prudencia y la sabiduría.
Esta clasificación está en el origen de la distinción que se suele hacer en filosofía entre razón teórica y razón práctica, que Kant llama a razón pura y razón práctica.
Razón teórica. Tiene que ver con el pensar, es la razón aplicada al conocimiento de leyes universales y de las relaciones lógicas.
Razón práctica. Tiene que ver con el actuar, es la razón aplicada a los fines, los medios y el sentido de la acción humana, es la razón que pretende conocer el deber ser del comportamiento humano y es la razón de la moral.
La palabra verdad a veces se usa en un sentido moral, como lo opuesto a la mentira, de manera que decir la verdad es no engañar, no mentir, decir lo que uno piensa y sabe. Esta verdad moral tiene que haber más con la intención de quién la dice que con la información queda.
Otras veces se utiliza como lo opuesto a lo falso y en este caso, se usa de dos maneras distintas:
➔ Verdad lógica o epistemológica.
➔ Verdad ontológica o metafísica.
2. La verdad.
2.1 Distintas formas de entender la verdad.
A lo largo de la historia de la filosofía no solo se han distinguido este uso de palabras de verdad, sino otros tantos tipos o subtipos:
➔ Verdad material y verdad formal. La verdad material se refiere al contenido de un juicio y la verdad formal es la validez.
➔ Verdad absoluta y verdad relativa. La verdad absoluta es una verdad que no cambia ni puede cambiar. A este tipo de proposiciones desde el punto de vista formal se les llama tautología y desde el punto de vista semántico se les llama proposiciones analíticas. La verdad absoluta es universal y necesaria. La verdad relativa, sería una verdad que lo es dentro de un sistema determinado o desde un determinado punto de vista
➔ Verdad objetiva y verdad subjetiva. La verdad objetiva es la que está fundamentada en el objeto, no en el sujeto y por tanto es independiente de él. La verdad subjetiva, al contrario, se fundamenta en el sujeto, no en el objeto y se refiere a la opinión o al parecer de quien la enuncia.
La verdad ontológica.
La verdad ontológica o metafísica es la verdad entendida como una propiedad de la realidad: lo verdadero es lo real.
La verdad tiene que ser descubierta porque está oculta bajo una verdad aparente: la realidad que percibimos con los sentidos.
El ejemplo más claro de esta forma de entender la verdad es la filosofía de platón, para quien había dos niveles de realidad, un mundo superior (el mundo de las ideas), que es la verdadera realidad y está constituido por ideas perfectas, eternas y exactas, el mundo sensible que es nuestro mundo, el de los seres materiales, que solamente son copia imperfecta de la idea.
La verdad epistemológica.
La verdad lógica o epistemológica es la verdad entendida como una propiedad de los juicios: lo verdadero o falso es lo que se dice acerca de la realidad, el juicio que afirma o niega algo, pues lo real asimismo no es ni verdadero ni falso, simplemente es real, es parte de la realidad.
2.2 Teorías sobre la verdad.
Teorías de la correspondencia de la verdad.
Teorías de la correspondencia de la verdad.
Tomás de Aquino, teólogo y filósofo del siglo XIII, casi siguiendo a Aristóteles, escribió en su Summa Theologiae que lo verdadero y lo falso no están en las cosas, sino en el entendimiento y describió la verdad como la adecuación de la cosa y el entendimiento.
La teoría de la correspondencia afirma que un enunciado es verdadero si lo que describe corresponde a los hechos tal como se conocen.
Existen enunciados que son verdaderos y que no corresponden a ningún hecho por qué no describen nada.
Alfred Tarski: La teoría semántica de la verdad.
El matemático y filósofo polaco Alfred Tarski entendió que la verdad es una propiedad semántica de los enunciados, de manera que una proposición cualquiera, es verdadera si lo que se dice en ella se da en la realidad.
Para comprender esto hay que distinguir entre el uso de los términos y la mención:
➔ Hay mención cuando la propiedad se atribuye al nombre y no a la entidad.
➔ Hay uso de término cuando en una proposición se atribuye cierta propiedad a una entidad.
Según la definición tradicional, la proposición (Sócrates era ateniense) es verdadera porque Sócrates era ateniense, pero Tarski introduce un matiz diferente: la oración Sócrates era ateniense es verdadera así, y solo sí, Sócrates era ateniense
2.3 Otras teorías sobre la verdad.
La Teoría pragmática de la verdad.
Los filósofos Charles Sanders Peirce y William James propusieron la teoría pragmática de la verdad, afirmando que creemos que una proposición es verdadera si en la práctica tiene consecuencias útiles y es aceptada como verdadera por todo aquel que tiene suficiente información sobre lo que en ella se dice.
Una proposición científica, es verdadera si efectivamente funcionan sus previsiones y consecuencias, y si es aceptada por la comunidad científica de la especialidad a la que pertenece.
La verdad como consenso.
Para esta teoría, cuyo mayor defensor es el filósofo alemán Jürgen Habermas, la verdad no es exactamente una propiedad de los enunciados, sino una exigencia ideal de cualquier enunciado, uno de los cuatro universales de habla, que hacen posible la comunicación:
1. Inteligibilidad.
2. Verdad de lo que se dice.
3. Rectitud.
4. Veracidad.
La verdad, es producto de un cierto asentimiento o consenso, normalmente implícito, de lo que se afirma, o de la aceptación de los argumentos y justificaciones más pertinentes.
La verdad como perspectiva.
El escepticismo afirma que no hay verdad o que si la hay no se puede conocer.
El dogmatismo entiende la verdad como algo absoluto.
El filósofo español José Ortega y Gasset se opuso en su filosofía tanto al dogmatismo como al escepticismo.