El mundo vería que los transistores reemplazan los tubos de vacío en la segunda generación de ordenadores. El transistor fue inventado en Bell Labs en 1947, pero no se vio un uso generalizado hasta finales de la década de 1950. El transistor era muy superior al tubo de vacío, lo que permitía que los ordenadores se volvieran más pequeños, más rápidos, más baratos, más eficientes energéticamente y más confiables que sus antecesores de primera generación. Aunque el transistor aún generaba una gran cantidad de calor, fue una gran mejora con respecto al tubo de vacío. Los ordenadores de segunda generación aún dependían de tarjetas perforadas para la entrada y copias impresas para la salida.
Estos equipos pasaron del lenguaje de máquinas binarias crípticas a lenguajes simbólicos o de ensamblaje, lo que permitió a los programadores especificar instrucciones en palabras. Los lenguajes de programación de alto nivel también se estaban desarrollando en este momento, como las primeras versiones de COBOL y FORTRAN. Estos fueron también los primeros ordenadores que almacenaron sus instrucciones en su memoria, que pasaron de un tambor magnético a una tecnología de núcleo magnético. Los primeros ordenadores de esta generación fueron desarrollados para la industria de la energía atómica.