Por tanto, contar con un trabajo se relaciona con una serie de motivaciones, las cuales se vinculan con la actividad misma del trabajo. Ya no es solo hacer el trabajo de forma mecánica, asumir un tiempo para poderlo hacer, sino también una serie de vínculos como las relaciones sociales que se gestan cuando se realiza un trabajo, la satisfacción de haber realizado una labor que se considera gratificante, el crecimiento personal, entre otras (Durán, 2006; De la Garza, 2007,
2010).
Otro de los estudios respecto al significado del trabajo se destaca en la década de los años 50 del siglo veinte. Morse y Weiss (1955) realizaron la pregunta de investigación si por casualidad usted heredó suficiente dinero para vivir confortablemente sin trabajo ¿cree usted que trabajaría de todos modos o no?, y encontraron que el trabajo no funciona simplemente como un medio para ganarse la vida, sino que actúa como una motivación de logro, sin este no habría sentido u objeto y por tanto no habrá la oportunidad de poder contribuir.
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