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La pobreza en América Latina - Coggle Diagram
La pobreza en América Latina
La mayoría de las personas que viven por debajo del umbral de pobreza viven en Asia meridional y África subsahariana.
Sin embargo, la pobreza en Latinoamérica también se mide en cifras muy elevadas.
Hay que
señalar que dentro de los propios países, existen notables diferencias entre poblaciones que se encuentran en
mejores condiciones y otras que están en situación grave o alarmante.
Por ejemplo, según el recién publicado
Informe del Global Hunger Index (Índice Global del Hambre, en adelante GHI), la tasa de retraso en el crecimiento en
Guatemala es extraordinariamente elevada. En el Departamento de Totonicapán la cifra es alarmante: el 70% de los
niños y niñas menores de 5 años tiene una estatura baja para su edad debido a la desnutrición crónica que sufren.
No olvidemos tampoco como causa de la pobreza los conflictos armados. Las tasas de pobreza son alarmantes en
muchos países afectados por las guerras. A todas estas causas habría que sumar otras como las crisis económicas o
la falta de políticas públicas de fomento del empleo y protección social.
La pobreza también afecta a la salud de las personas. A día de hoy, todavía hay 6 millones de niños y niñas que
mueren cada año en el mundo antes de cumplir 5 años. La pobreza hace casi imposible, además, que muchas
personas accedan a servicios básicos como la educación, una vivienda digna o al agua potable, entre otras.
El actual modelo comercial de muchas empresas multinacionales que utilizan mano de obra barata para lograr
aumentar sus beneficios económicos. Algunos economistas también señalan que las migraciones masivas están
impactando en el mercado laboral de algunos países y que están incidiendo en la pobreza.
Una realidad de la pobreza en Latinoamérica es que afecta a los derechos fundamentales de las personas. Entre las
consecuencias directas de la pobreza ya hemos señalado el hambre y la desnutrición, pero existen otras muchas
manifestaciones.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecen la necesidad de erradicar la pobreza extrema para todas las
personas y en todo el mundo en 2030. No debería ser concebido como un sueño, sino como una meta real que
requiere políticas específicas. Según el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo el
brasileño Achim Steiner, “erradicar la pobreza está en el corazón de la Agenda 2030, y también lo está el
compromiso de no dejar a nadie atrás”.
La escasez en América Latina es multidimensional, ya que afecta a las cinco dimensiones básicas, las cuales son la
vivienda, los servicios básicos, la salud, la educación y la recreación.