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EL ARTE DE LA GUERRA, ANA MARINA GONZAGA MARTINEZ - Coggle Diagram
EL ARTE DE LA GUERRA
CAPITULO IV
Sobre la medida en la disposición de los medios
La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario.
En consecuencia, un ejército victorioso es como un kilo comparado con un gramo; un ejército derrotado es como un gramo comparado con un kilo.
Los guerreros expertos se hacían a sí mismos invencibles en primer lugar, y después aguardaban para descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios.
La defensa es para tiempos de escasez, el ataque para tiempos de abundancia.
Cuando el ejército está estrictamente disciplinado, están bien establecidos, cuando los jefes y oficiales son capaces de actuar de esta forma, pueden vencer a un Príncipe enemigo corrupto.
Lo que todo el mundo conoce no se llama sabiduría; la victoria sobre los demás obtenida por medio de la batalla no se considera una buena victoria.
CAPITULO VI
Sobre lo lleno y lo vacío
Aparece donde no puedan ir, se dirige hacia donde menos se lo esperen. Para desplazarte cientos de kilómetros sin cansancio, atraviesa tierras despobladas.
Para tomar infaliblemente lo que atacas, ataca donde no haya defensa. Para mantener una defensa infaliblemente segura, defiende donde no haya ataque.
Lo que impulsa a los adversarios a venir hacia ti por propia decisión es la perspectiva de ganar. Lo que desanima a los adversarios de ir hacia ti es la probabilidad de sufrir daños.
Cuando estás concentrado formando una sola fuerza, mientras que el enemigo está dividido en diez, estás atacando a una concentración de uno contra diez, así que tus fuerzas superan a las suyas.
Si haces que los adversarios vengan a ti para combatir, su fuerza estará siempre vacía. Si no sales a combatir, tu fuerza estará siempre llena. Este es el arte de vaciar a los demás y de llenarte a ti mismo.
cuando su vanguardia está preparada, su retaguardia es defectuosa, y cuando su retaguardia está preparada, su vanguardia presenta puntos débiles.
CAPITULO V
Sobre la firmeza
La fuerza es la energía acumulada o la que se percibe. Esto es muy cambiante. Los expertos son capaces de vencer al enemigo creando una percepción favorable en ellos, así obtener la victoria sin necesidad de ejercer su fuerza.
Cuando se entabla una batalla de manera directa, la victoria se gana por sorpresa
El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota de la fuerza.
Lo ortodoxo y lo heterodoxo se originan recíprocamente, como un círculo sin comienzo ni fin. Entonces...¿quien podria detenerlos?
El orden y el desorden son una cuestión de organización; la cobardía es una cuestión valentía y la de ímpetu; la fuerza y la debilidad son una cuestión de la formación en la batalla.
Si quieres fingir desorden, primero tienes que organizar el orden, sólo entonces puedes crear un desorden. Si quieres fingir cobardía, primero tienes que ser extremadamente valiente, sólo entonces puedes actuar como tímido. Si quieres fingir debilidad, primero has de ser extremadamente fuerte porque sólo entonces puedes pretender ser débil.
ANA MARINA GONZAGA MARTINEZ