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Reglas Xavier Altamirano, Quinta - Coggle Diagram
Reglas Xavier Altamirano
Primera
A las personas que viven pecando, el mal espíritu no deja de proponerles
placeres aparentes. Les hace imaginar placeres sensuales, placeres que seducen, para que así
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Segunda
A las personas que va superando su vida de pecado y se acercan más a Dios, el
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una farsa. Además, les recuerda los placeres que les daban sus vicios y pecados, y les hacen pensar
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Tercera
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con el ser humano. La persona siente en su interior el amor de Dios, una gran paz y tranquilidad. La
consolación nos aumenta la fe, la esperanza y nos llena de alegría.
Cuarta
La desolación espiritual. A diferencia de la consolación, la desolación nos hace
sentir tristes, sin fe, sin esperanza, sin amor. En la desolación nos sentimos confundidos, como si la
vida no tuviera sentido, como si Dios nos hubiera abandonado.
Cuando estemos desolados debemos ser valientes y mantenernos firmes en los
propósitos de unirnos a Dios y dejar a un lado la vida de pecado.
Sexta: Cuando estemos desolados debemos enfrentarnos a la desolación siendo más fieles
a la oración y a los exámenes.
Septima
Séptima: Cuando estemos desolados, pensemos que Dios lo ha permitido para que
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Octava
Octava: Cuando estemos desolados, hay que guardar la calma y no perder la esperanza de
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Novena
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no nos han permitido hacer los ejercicios espirituales a cabalidad. 2) Porque Dios quiere saber si lo
seguimos a Él solamente porque nos regala las consolaciones,
Décima: Cuando estemos consolados debemos aprovechar para tomar fuerzas para
enfrentar la desolación que seguramente vendrá más adelante.
Décima Primera: Cuando estemos consolados debemos reconocer humildemente que la
consolación es un regalo de Dios, y no un mérito nuestro.
Décimo Segunda: Cuando el enemigo nos tienta, hay que enfrentarlo con decisión y
valentía; porque si le demostramos debilidad y miedo, nos atacará ferozmente.
Decimo Tercera
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como aquel enamorado que, con malas intenciones, va seduciendo lenta y dulcemente a una mujer
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Décimo Cuarta: El enemigo nunca ataca de frente a la persona que está reformando su
vida, sino que lo ataca por sus lados más débiles.
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