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REGLAS DEL DISCERDIMIENTO
EL BUEN ESPÍRITU
Remueve sus consciencias para que caigan en la cuenta de que están llevando una vida desordenada
Confirma lo que creemos, es decir, nuestra Fe se vive en comunión con la Iglesia y con los demás creyentes.
Fortalece las propias debilidades y anima en el diario caminar siendo perseverantes para seguir creciendo en bondad y fidelidad.
EL MAL ESPÍRITU
Los inquieta con falsas razones que sugieren que esa nueva vida que está llevando es
una farsa.
Son los movimientos del corazón que nos dividen, separan y desintegran, nos hacen menos plenos y deshumanizan
En la desolación nos aconseja el
mal espíritu que siempre querrá mantenernos en el camino del mal.
CONSOLACIÓN ESPIRITUAL
La persona siente en su interior el amor de Dios, una gran paz y tranquilidad.
Una forma de de expresarse la consolación es por medio de las lagrimas.
La consolación nos aumenta la fe, la esperanza y nos llena de alegría.
¿Qué hacer en caso de consolación?
Cuando estemos consolados debemos aprovechar para tomar fuerzas para enfrentar la desolación que seguramente vendrá más adelante.
Cuando estemos consolados debemos reconocer humildemente que la consolación es un regalo de Dios, y no un mérito nuestro.
DESOLACIÓN ESPIRITUAL
La desolación nos hace
sentir tristes, sin fe, sin esperanza, sin amor.
En la desolación el mal espíritu nos
tienta para volver al pecado y pone en nosotros pensamientos negativos.
¿Qué hacer en caso de desolación?
Cuando estemos desolados, pensemos que Dios lo ha permitido para que combatamos al enemigo con nuestras propias fuerzas.
Cuando estemos desolados debemos enfrentarnos a la desolación siendo más fieles a la oración y a los exámenes.
Cuando estemos desolados debemos ser valientes y mantenernos firmes en los propósitos de unirnos a Dios y dejar a un lado la vida de pecado.
Cuando estemos desolados, hay que guardar la calma y no perder la esperanza de que pronto seremos consolados por Dios.
CAUSAS DE LA DESOLACIÓN
1) Por nuestra pereza o negligencia que no nos han permitido hacer los ejercicios espirituales a cabalidad.
2) Porque Dios quiere saber si lo seguimos a Él solamente consolaciones, o por un amor sincero que también supone momentos de sequedad.
3) Para que caigamos en la cuenta de que las consolaciones son un regalo de Dios, y no un premio que conseguimos con nuestras propias fuerzas.
ESTRATEGIAS PARA EL COMBATE ESPIRITUAL
Cuando el enemigo nos tienta, hay que enfrentarlo con decisión y valentía porque si le demostramos debilidad y miedo, nos atacará ferozmente.
El enemigo nunca ataca de frente a la persona que está reformando su vida, sino que lo ataca por sus lados más débiles.