Dos personas diferentes pueden convertir la misma situación en una cosa completamente distinta, y todo depende de su actitud, de dónde ponen su atención, de cómo reaccionan a la circunstancia y de qué perspectiva decidan tener. Lo mismo pasa cuando decimos que tenemos "mala suerte", y es que tal vez nos estamos fijando en nada más una parte de los hechos y, además, dejamos que nuestra perspectiva se vea impactada por el sesgo de confirmación.