Factores individuales
El primero de estas aspectos tiene que ver con factores internos que forman
parte de la personalidad del alumno. Aunque el aprendizaje de un idioma y el
uso que se hace del mismo son fundamentalmente actividades interactivas que
dependen de los tipos variados de relación que se adoptan con los demás y con la
cultura como un todo, el proceso de adquisición de una segunda lengua se ve muy
influido por los rasgos individuales de la personalidad del alumno.
La ansiedad
La ansiedad es posiblemente el factor afectivo que obstaculiza con mayor fuer-
za el proceso de aprendizaje. Está asociada a sentimientos negativos tales como el
desasosiego, la frustración, la inseguridad, el miedo y la tensión.
La inhibición
Las inhibiciones se producen cuando los niños pequeños
aprenden a identificar poco a poco un yo distinto a los demás y se comienzan a
formar sus rasgos afectivos. Cuando hay una mayor toma de conciencia, aparece
la necesidad de proteger un ego frágil, si es necesario evitando todo lo que pue-
diera amenazar el yo. Una crítica severa y palabras humillantes pueden debilitar
enormemente el ego, y cuanto más débil sea el ego, más altos son los muros de la
inhibición.
Extraversión-introversión
El actual estado de la investigación no nos permite extraer sólidas conclusiones
respecto a cuál de las dos, la extraversión o la introversión, está directamente rela-
cionada con el éxito en el aprendizaje de idiomas. Sin embargo, lo que está claro
es que algunos tipos concretos de actividades en el aula son más apropiados para
una que para la otra.
La autoestima
La autoestima está relacionada con las inevitables evaluaciones que una perso-
na realiza sobre su propia valía. Es un requisito fundamental para que las activida-
des cognitiva y afectiva tengan éxito. Obtenemos nuestras nociones de autoestima
de nuestras experiencias internas y de nuestra relación con el mundo externo. La
base del concepto que tenemos del yo se establece en la primera infancia.
La motivación
La motivación tiene que ver con los
motivos del alumno para intentar adquirir la segunda lengua, pero el quid de
la cuestión está precisamente en saber qué crea la motivación.
Motivación extrínseca e intrínseca
La motivación extrínseca nace del deseo de conseguir una recompensa o de
evitar el castigo; el foco está en algo externo a la actividad de aprendizaje mis-
ma. La motivación intrínseca supone que la experiencia de aprendizaje es su
propia recompensa: «La motivación intrínseca resulta evidente siempre que la
curiosidad y el interés naturales de los alumnos potencien el aprendizaje»
Teorías cognitivas de la motivación
Dörnyei (1994) habla de las teorías cognitivas de la psicología educativa que
consideran que la motivación es una función del proceso de pensamiento de una
persona; estas formulaciones, sin embargo, ofrecen un claro ejemplo de la di-
ficultad que supone aislar lo cognitivo, pues en muchos aspectos la afectividad
inevitablemente entra a colación.