Esta coordinación implicó, oficial y de manera directa, el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre territorios, violación y desaparición o homicidio de individuos consideradas por estos regímenes como «subversivas del orden instaurado, o contrarias a su política o ideología. El Proyecto Cóndor se constituyó en una organización clandestina mundial para la táctica del terrorismo de Estado que instrumentó el homicidio y desaparición de decenas de una cantidad enorme de opositores a las mencionadas dictaduras, la mayor parte de ellos originarios de movimientos de la izquierda política, el peronismo, el sindicalismo, las agrupaciones estudiantiles, la docencia, el periodismo, el campo artístico, la teología de la liberación y el desplazamiento de derechos humanos.