ANÁLISIS: Saber gestionar la identidad digital y la reputación de una persona o empresa son temas que ya no son opcionales. Se trata de una asignatura imprescindible para empresas y personas. El resultado de esta búsqueda es nuestro ser en el mundo digital.
Cuando hablamos de identidad digital, nos referimos al conjunto de plataformas a las que estamos conectados y cuya suma determinan nuestra relación con el entorno digital. Nuestra página web, Facebook, Blogger, LinkedIn, Xing, Twitter, YouTube, plataformas en las que navegamos y las que confirman que estamos en Internet. Asimismo, cada día aparecen nuevas plataformas y si queremos construir una identidad completa deberíamos identificar cuáles son las plataformas relevantes.
La reputación es lo que somos. Este es el primer gran paso que debemos dar a la hora de construir nuestra reputación digital: definir quién es uno y qué queremos. Si tenemos eso claro, es relativamente fácil poder gestionar cada una de las plataformas y transmitir un mensaje coherente.
El problema es que muchas personas, empresas o marcas no tienen muy claro este punto de arranque. La clave para tener una reputación digital es ser fiel a uno mismo. A partir de ahí, la relevancia que adquiera nuestra reputación dentro del entorno digital dependerá del grado de interés de las personas hacia lo que somos.