En la interpretación de los resultados de las observaciones es necesario ir más allá de lo que se ve y oye, para identificar conflictos, motivos, posibles estados de frustración, de satisfacción y otros, pero siempre partiendo de la objetividad de lo registrado. Entre algunos aspectos del comportamiento que pueden ser interpretados como indicadores de desequilibrio del sujeto en estudio están los que denotan estados de ansiedad: aumento de la motilidad, bloqueos, incoherencia, postura rígida, expectante, cambios de posición, movimiento frecuente de pies, manos, etc., salivación, tragar excesivo, sudoración, lagrimeo, respiración agitada; fumar excesivo, tartamudez, distractibilidad, etc. También los que denotan estados depresivos: llantos, disminución de movimientos, lenguaje reducido, bajo, mirada ausente, cabeza ladeada hacia abajo, facie deprimida, entre otros.