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Lineamientos para la Atención Integral a Víctimas del Delito
¿Qué es una víctima del delito?
Una persona tiene la calidad de víctima del delito (VD) cuando individual o colectivamente ha sufrido algún daño , físico, mental, pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos.
Observaciones:
se le traslade a un lugar que tenga un ambiente de seguridad, donde no se sienta amenazada en su integridad física y emocional, para ser atendida.
Se exige que ésta se proporcione con cierta privacidad y reserva suficiente para evitar que terceros ajenos se enteren de los acontecimientos narrados por la VD.
El interventor debe procurar establecer una relación empática, ser cuidadoso con el tono y volumen de su voz cuando se dirija a ella y con su lenguaje corporal, además de ser precavido respecto del contacto físico cuando se trate de víctimas de violencia física y/o sexual.
Es fundamental que el interventor verifique que el dicho de la VD sea congruente con la revisión que realice a primera vista.
Acciones a seguir por los interventores:
Recomendable acompañar a la VD durante el tiempo que dure la atención médica.
Cuando se encuentre en estado de crisis deberá recibir atención psicológica de urgencia.
Si se compromete su integridad física se deberá recibir atención médica de urgencia.
Para estabilizar a la VD en estado de crisis, se recomienda orientarla para que realice ejercicios de respiración y relajación tales como, “El abrazo de mariposa”, “La fantasía guiada” y “El lugar seguro”.
Una vez lograda su estabilización deberá identificarse la situación que provocó el estado de crisis. ¿Qué fue lo que pasó?;
Posteriormente deberán obtenerse los datos generales de la VD, informarle sobre el tipo de atención que requiere y preguntarle si es su deseo que se le proporcione.
Observar y verificar el estado de salud en el que se encuentra la víctima.
El aspecto psicológico:
Contener el estado de crisis de la VD y/o sus familiares a efecto de que puedan superar o enfrentar los trastornos emocionales derivados de la victimización, mediante la evaluación de su estado de salud emocional, y generar las condiciones para su recuperación y rehabilitación en el menor tiempo posible y de manera favorable.
Primer contacto con la víctima:
Identificar las necesidades inmediatas de las VD para salvaguardar su integridad física y emocional.
Consideraciones generales de la atención psicológica de urgencia:
Cada VD vive el delito de diferente manera, por lo que se recomienda llevar a cabo un cuidadoso diagnóstico psicológico
Las VD desarrollan diversos mecanismos de defensa; éstos aparecen para mantener “controlados” emocionalmente el dolor y el sufrimiento que le genera la victimización, de otra manera sería intolerable la experiencia delictiva.
El evento traumático del delito puede provocar, dependiendo de la gravedad de su impacto, cambios en la personalidad de la VD creando enfermedades psicosomáticas.
El delito puede motivar cambios en las relaciones intrafamiliares de la VD, por lo que es importante que el apoyo psicológico incluya atención para su adaptación a los nuevos roles, propiciando la reapertura de los canales de comunicación, tanto en el seno de la familia como hacia el exterior.
La atención psicológica que se brinde a quien la solicita deberá ser en todo momento dentro de un marco de respeto a su dignidad y a sus derechos humanos.
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