Fue allí donde Enki sostuvo, “crearemos un hombre en donde se pueda insertar el gen anunnaki”, había pensado en el homu erectus, un primitivo habitante que pensó como un hibrido para poder cruzar genes de ambas especies.
Fue allí donde alteró las leyes de la vida desconociendo aún el final que podía tener dicho experimento. El concejo aprobaría la iniciativa y argumentaría: “Crea un LULU(esclavo primitivo) y deja que sufra el yugo de los Anunnaki”.
Es por ello que Enki se encerraría en su laboratorio de Eridu para perfeccionar al “homo sapiens”, hacerlo más longevo e inteligente era su meta, para eso utilizo su propio semen. Allí nacería “Adapa”, al que los textos bíblicos definirían como Adán, quién contaba con la capacidad de reproducirse. Eso enfureció a Enlil, quién solo perseguía la idea del hombre como un sujeto de fuerza, sin razonamiento, y sin la capacidad de tornarse numeroso.