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EDUCACIÓN DE LA VOLUNTAD - Coggle Diagram
EDUCACIÓN DE LA VOLUNTAD
¿QUÉ ES EDUCAR?
Educar es ayudar a alguien para que se desarrolle de la mejor manera posible en los diversos aspectos que tiene la naturaleza
humana.
Educar significa comunicar conocimientos y promover actitudes.
Toda educación tendrá los siguientes apartados y derivaciones:
Toda educación conduce a la formación de un ser
humano más completo, coherente y maduro
La mejor educación debe ayudar a la mejor formulación y desarrollo de nuestro proyecto personal.
Educar es perfeccionar ciertas facultades, mediante motivaciones, ejercicios específicos, ejemplos, etc.
Educar es mostrar una cierta doctrina. Eso es dirigir, encauzar, llevar hacia una región determinada.
Es esencial la tarea del educador.Se educa más por lo que se es, que por lo que se dice.
EDUCAR A UNA PERSONA ES ENTUSIASMARLA CON LOS VALORES
Generalmente se han descrito tres posiciones respecto a la forma de educar.
La segunda enfatiza el voluntarismo, desde muy pequeño el niño aprende a dominar su voluntad, dirigiéndola no a lo que le apetece, sino a lo que a la larga resulta mejor para él; ésta es mi postura, aunque sin excesos.
La primera se centra en la espontaneidad: el niño
y el adolescente van creciendo con muy pocas normas, moviéndose con soltura y dictando ellos mismos sus patrones de conducta.
la tercera aboga por una vía intermedia: el niño se educa según el complejo juegoque se establece entre espontaneidad y disciplina, libertad y autoridad.
EL HOMBRE CON VOLUNTAD LLEGA EN LA VIDA MÁS LEJOS QUE EL INTELIGENTE
Pero entre ambos modelos
existen otros tipos intermedios de personalidad:
-Sensibilidad.
-Creatividad.
-Memoria.
-Pensamiento.
Pues bien, si el amor y la razón son dos grandes argumentos de la vida del hombre, la voluntad es el puente entre ellos, de tal modo que les da firmeza con su entrenamiento.
Nacen dos tipos humanos contrapuestos: el
eminentemente racional y el afectivo.
Los dos ingredientes
más importantes de nuestra psicología son la inteligencia y la afectividad.
Una persona muy inteligente, pero que no ha ido poniendo la voluntad en los objetivos previstos, antes o después, se dirige hacia una travesía irregular, zigzagueante, hasta salirse de las líneas trazadas.
En cambio, una persona con una inteligencia media, pero con una voluntad férrea, ordenada y constante, con disciplina y autoexigencia llega al destino trazado, aunque sea con poca brillantez.
Skinner, uno de los padres de la psicología conductista, decía que del buen manejo del binomio premios y castigos dependía que los niños tuvieran una buena o mala educación.
Hay que empezar siempre por tareas pequeñas e insistir una y otra vez en ellas, sin desalentarse.
La educación de la voluntad debe estar edificada sobre la alegría, que nos conducirá poco a poco a ser mejores, pero que no hay que confundir con hacer grandes gestas, cosas increíbles, ni renuncias extraordinarias.
Para fortalecer la voluntad lo mejor es seguir una
política de pequeños vencimientos: hacer las cosas sin gana, pero sabiendo que ésa es nuestra obligación.
La voluntad conduce al más alto grado de progreso personal, cuando se ha obtenido el hábito de hacer, no lo que sugiere el deseo, sino lo que es mejor, lo más conveniente, aunque, de entrada, sea costoso.
EL HOMBRE CON POCA VOLUNTAD ESTÁ SIEMPRE AMENAZADO
Los perdedores y los triunfadores no se hacen de un día para otro.
Los primeros lo consiguen tras muchos años de dejadez, abandono, desidia.
Hacerse uno a sí mismo, poseerse, no es fácil ni sencillo a corto plazo, pero después de unos primeros períodos de ir contracorriente, la personalidad está ya más domada y tiene capacidad para dejar deatender a lo fácil e inclinarse hacia lo mejor, aunque sea costoso.
El hombre con poca voluntad está amenazado, porque, poco a
poco, se vuelve más frágil y cualquier cosa, por pequeña que sea le
hace desviarse de lo trazado.
los segundos, por el contrario, después de una
lucha consigo mismos repleta de empuje, desvelos y repetidas obstinaciones.
El que tiene voluntad dispone de sí mismo, porque ha sabido vencerse con el tiempo, superarse
La vida cotidiana se inspira y toma su razón de ser a través de la motivación con los ojos puestos en lo que podría ser de cada uno, si somos capaces de no rendirnos, de no darnos por vencidos en esa contienda con el día a día.
Con el paso del tiempo, esa voluntad escasamente formada dejará su rastro en los cuatro argumentos principales de la vida humana, que son los siguientes:
2-El amor conyugal, con el que no llegará muy lejos, ya
que no sabe lo que es ceder, ni está acostumbrado a pensar en los demás, ni a posponer las preferencias personales en favor del otro, ni a valorar la importancia del sacrificio pequeño, gustoso y escondido.
3- La vida profesional se verá igualmente afectada; si la
persona no se corrige, no doblará el cabo de las propias
posibilidades y, por tanto, se instalará en la mediocridad.
1-La propia personalidad, que irá estando mal diseñada,
con poca armonía y escaso equilibrio.
4-Por último, la cultura. Si ésta se propone la libertad, irá viviendo de espaldas a cualquier curiosidad intelectual.
El que tiene poca voluntad alimenta con este frágil bagaje esa tetralogía que anida en el proyecto personal:su propia forma de ser, su afectividad, su trabajo y el plano de la cultura y las ideas
La vida, con el paso del tiempo, nos pasa examen a todos; nos
obliga a hacer recuento.