La categorización, o clasificación, requiere que el niño identifique las semejanzas y las diferencias. A los cuatro años, muchos niños pueden clasificar por medio de dos criterios, como color y forma. Usan esta capacidad para ordenar muchos aspectos de su vida, a partir de la cual clasifican a las personas como “buenas”, “malas”, “simpáticas”, “tacañas”, etcétera.