se basan en el uso de piedras cortadas y colocadas en forma de arcos y bóvedas, de manera que sólo soportan esfuerzos de compresión. Entre los arcos, destacan el medio punto y los arcos apuntados, y entre las bóvedas, la de cañón, crucería y semiesférica. Algunos ejemplos son los acueductos (como el de Segovia, o las catedrales).