El profesorado se enfrenta a problemas exógenos que desbordan su actividad docente, como son, la desigual distribución del alumnado, la planificación de actuaciones para el aprendizaje del idioma o encajar el currículo seguido en el país de origen con el de la comunidad de acogida. Situaciones, todas ellas, que deben solventarse con las escasas dotaciones de profesores de compensatoria, de profesionales de la enseñanza del español a extranjeros, de mediadores, y de enlaces que, con suerte, envía la Administración.