Una amplia política de inversiones en equipamientos culturales (bibliotecas, archivos, teatros, auditorios, festivales) y en espacios de difusión artística (museos, galerías, salas de exposiciones, ferias artísticas) tuvo como consecuencia un crecimiento nunca visto de las infraestructuras para facilitar el acceso al arte y a la cultura de la ciudadanía.