Con estos precedentes, la etapa de mayor esplendor para Roma y, como consecuencia,
para el Barroco italiano es la de Urbano VIII (1568-1644), Inocencio X (1574-1655) y Alejandro VII (1599-1667), que acceden al papado en 1621, 1644 y 1655 respectivamente
Es este papa quien promueve el gran desarrollo barroco del arte romano, luego seguido por sus dos sucesores
Roma en centro de la cristiandad católica, lo que atrae a muchos fieles y también a muchos artistas que se encargan de construir, reformar y decorar gran cantidad de edificios