En este ensayo se habla con suma frecuencia de la separación entre ambas instancias. Aquí, la descripción toma un sesgo dramático. Freud declara: «En el sueño y en la neurosis, ese yo inconsciente, exiliado, procura por todos los medios insi nuarse, forzar las puertas de la conciencia protegida por todo tipo de resistencias». También se menciona el renunciamiento del individuo a su ideal del yo en favor del ideal colectivo. La palabra separación es reetaplazada a veces por la expre sión: «Rebelión periódica del yo contra el ideal del yo». A propósito de esta rebelión periódica, que según Freud halla su manifestación social más notable en la fiesta, citemos el fragmento donde se utiliza la noción de institución: <<Pode mos admitir perfectamente que tampoco la separación opera da entre el yo y el ideal del yo es soportable durante mucho tiempo, y que debe sufrir de vez en cuando una regresión. Pese a todas las privaciones y restricciones que se imponen al individuo, la violación periódica de las prohibiciones consti tuye la regla en todas partes, y tenemos la prueba de ello en la institución de las fiestas que, al principio, nc eran sino períodos durante los cuales la ley autorizaba los ex esos, cosa que explica la alegría que las caracterizaba. Las saturnales de los romanos y nuestro carnaval actual se asemejan en este aspecto esencial a las fiestas de los primitivos, en cuyo trans curso se producían desenfrenos que entrañaban la violación de los más sagrados mandamientos. Ahora bien; como el ideal del yo abarca la suma de todas las restricciones a las que plegarse el individuo, el reingreso del ideal en el yo, su res conciliación con el yo, debe equivaler, para el individuo que recobra así la autosatisfacción, a una fiesta magnífica»>.