Las intervenciones que preparan a los padres en la crianza de los hijos, dirigidas a aquellos padres de niños con problemas de conducta y que se enfocan en mejorar el bienestar psicosocial de los padres, a través de
suministro de información y capacitación en estrategias conductuales de crianza, han mostrado repetidamente, aunque no en forma consistente, una reducción de aproximadamente 30% de los síntomas depresivos de los padres, junto con mejores resultados en los hijos. Además, varias intervenciones selectivas dirigidas a afrontar eventos importantes de la vida han demostrado una reducción significativa y a largo plazo de altos niveles de síntomas depresivos, tales como los programas para niños que sufren la muerte de uno o ambos padres o el divorcio de los padres.