Se deben incluir alimentos como las verduras, arroz, pastas, legumbre, carne, pescado, huevos y frutas asegurándonos de que frutas, verduras y alimentos ricos en fibra están presentes a diario
Es conveniente evitar el consumo excesivo de azúcares e hidratos de carbono ya que pueden acarrear problemas de obesidad y dentales.
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No se deben emplear nunca los alimentos como premio o castigo, ya que esto puede conducir a conductas alimentarias negativas: caprichos, rechazo o aversión por ciertos alimentos.
Es importante ofrecer los alimentos de una forma atractiva y emplear distintos tipos de cocciones para un mismo alimento
Limitar el consumo de “calorías vacías” (golosinas, refrescos, helados, bollos, snacks…) que “llenan” pero que no nutren.
En el almuerzo o merienda, se debe favorecer la ingesta de bocadillos preparados en casa, frutas y productos lácteos, sin abusar de los embutidos, patés y quesos grasos.
Comer y cenar sin distracciones como televisión, móviles, etc. Hacer que este sea un momento de encuentro que favorezca la relación familiar y la enseñanza o aprendizaje de hábitos alimentarios