Generalmente se establece en la edad comprendida entre los 25 y los 60 años, aunque como en el caso del resto de las etapas del desarrollo humano, no es fácil determinar en forma precisa cuando se inicia y cuando acaba. Por lo tanto, es un largo período de tiempo en el cual intervienen muchas variables sociales, culturales y psicológicas que condicionan el desarrollo de la persona adulta durante su juventud y madurez. Durante este largo período de tiempo las personas desempeñan gran cantidad de actividades sociales, asumen responsabilidades cívicas y legales, y pasan por experiencias muy diversas, y eso hace que sea una de las etapas más complejas de la vida humana.