Normalmente, cuando un animal recibe una descarga eléctrica corre de manera frenética de un lado a otro hasta que, en forma accidental, salta la barrera y escapa de la zona electrificada. En las pruebas siguientes, el perro escapa más rápidamente, hasta que por último, aprende a evitar las descargas, saltando casi en el momento en que aparece la primera señal o el aviso de que se van a producir los choques.