Las reglas de la OI atribuyen a ésta, de manera expresa o implícita, un poder normativo interno destinado a regular su propio funcionamiento y administración y adaptarlo a la evolución de sus actividades y del entorno internacional en las que ésta se desenvuelve. Los destinatarios de estas normas son la propia OI y los sujetos de su derecho interno, esto es, las instituciones de la misma, los estados miembros, particulares como agentes y funcionarios, y, en algunas ocasiones, personas físicas y jurídicas.