“Formado por el encéfalo (que incluye el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico) y la médula espinal…estructuras protegidas por unas envolturas óseas, que son el cráneo y la columna vertebral respectivamente.
Tanto el encéfalo como la médula espinal están recubiertos por 3 membranas que les sirven de protección: la duramadre (membrana externa), la aracnoides (membrana intermedia) y la piamadre (membrana interna).
Estas membranas se conocen con el nombre de meninges [y en ellas] se crea un espacio, llamado espacio subaracnoideo, que se encuentra lleno de un líquido incoloro y transparente, que recibe el nombre de líquido cefalorraquídeo (…) [que] permite el intercambio de diversas sustancias entre el sistema nervioso y la sangre, actuar como sistema de eliminación de productos residuales, mantener el equilibrio iónico adecuado y proporcionar amortiguación y protección mecánica” (Roche Pacientes, 2022).
Además, “(…) controla la actividad mental del individuo: sensorial, motora voluntaria, reflejos naturales del cuerpo y reflejos condicionados” (Zepeda, 2019, p. 82 y 83).