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Trastornos neurocognitivos mayores y leves - Coggle Diagram
Trastornos neurocognitivos mayores y leves
Trastorno neurocognitivo vascular mayor o leve
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. B. La sintomatología clínica es compatible con una etiología vascular como lo sugiere cualquiera de los siguientes criterios:
El inicio de los déficits cognitivos presenta una relación temporal con uno o más episodios de tipo cerebrovascular.
Las evidencias del declive son notables en la atención compleja (incluida la velocidad de procesamiento) y en la función frontal ejecutiva.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a otra afección médica
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. En la anamnesis, la exploración física o los análisis clínicos existen pruebas de que el trastorno neurocognitivo es la consecuencia fisiopatológica de otra afección médica.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Alzheimer
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. Presenta un inicio insidioso y una progresión gradual del trastorno en uno o más dominios cognitivos (en el trastorno neurocognitivo mayor tienen que estar afectados por lo menos dos dominios).
Trastorno neurocognitivo leve
Evidencias de un declive cognitivo moderado comparado con el nivel previo de rendimiento en uno o más dominios cognitivos (atención compleja, función ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual motora o cognición social) basada en:
Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce o en el clínico, porque ha habido un declive significativo en una función cognitiva.
Un deterioro modesto del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado por un test neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación clínica cuantitativa.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a infección por VIH
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. Existe una infección documentada con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El trastorno neurocognitivo no se explica mejor por otra afección distinta de un VIH, incluidas enfermedades cerebrales secundarias como una leucoencefalopatía multifocal progresiva o una meningitis criptocócica.
rastorno neurocognitivo mayor o leve debido a un traumatismo cerebral
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. Existen evidencias de un traumatismo cerebral, es decir impacto en la cabeza o algún otro mecanismo de movimiento rápido o desplazamiento del cerebro dentro del cráneo, con uno o más de los siguientes:
Pérdida de consciencia.
Amnesia postraumática.
Desorientación y confusión.
Signos neurológicos.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve con cuerpos de Lewy
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión gradual. El trastorno cumple una combinación de características diagnósticas esenciales y características diagnósticas sugestivas de un trastorno neurocognitivo probable o posible con cuerpos de Lewy.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve inducido por sustancias/medicamentos
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. El deterioro neurocognitivas no sucede exclusivamente en el transcurso de un síndrome confusional y persiste más allá de la duración habitual de la intoxicación y la abstinencia agudas. La sustancia o medicamento involucrados, así como la duración y la magnitud de su consumo, son capaces de producir el deterioro neurocognitivo.
Trastorno neurocognitivo frontotemporal mayor o leve
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión gradual.
Variante de comportamiento: a. Tres o más de los siguientes síntomas comportamentales:
i. Desinhibición del comportamiento.
ii. Apatía o inercia.
iii. Pérdida de simpatía o empatía.
iv. Comportamiento conservador, estereotipado o compulsivo y ritualista.
v. Hiperoralidad y cambios dietéticos.
Declive destacado de la cognición social o de las capacidades ejecutivas.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a enfermedad por priones
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. Es habitual que el trastorno presente un inicio insidioso y una progresión rápida. Existen características motoras de una enfermedad por priones, como mioclonos o ataxia, o evidencias del biomarcador.
Trastorno neurocognitivo no especificado (R41.9)
La categoría del trastorno neurocognitivo no especificado se utiliza en situaciones en las que no puede determinarse la etiología concreta con la certeza suficiente para confirmar una atribución etiológica.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve
debido a la enfermedad de Huntington
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. Se observa un inicio insidioso y una progresión gradual. Existe enfermedad de Huntington clínicamente establecida o existe riesgo de la misma en función de los antecedentes familiares o las pruebas genéticas.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a etiologías múltiples
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. En la anamnesis, la exploración física o los análisis clínicos existen pruebas de que el trastorno neurocognitivo es la consecuencia fisiopatológica de más de un factor etiológico, excluidas sustancias.
Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Parkinson
Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve. El trastorno aparece en el transcurso de la enfermedad de Parkinson establecida. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión rápida.
Trastorno neurocognitivo mayor
Evidencias de un declive cognitivo significativo comparado con el nivel previo de rendimiento en uno o más dominios cognitivos (atención compleja, función ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual motora o cognición social) basada en:
Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce o en el clínico, porque ha habido un declive significativo en una función cognitiva.
Un deterioro sustancial del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado por un test neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación clínica cuantitativa.