Deben estar al servicio de la humanidad, para mejorar su calidad de vida, para ser justos, viables y éticos. No puede concebirse ningún desarrollo sin que tenga en cuenta a los seres humanos y al ambiente que nos rodea. La profundidad y rapidez de los cambios que estamos viviendo, la creciente tecnologización, automatización y robotización del mundo, la revolución informática, biotecnológica y comunicacional, la globalización, nos indican que estamos ante nuevos paradigmas para los cuales la educación y, especialmente la terciaria o superior, debe prepararse a fin de formar seres en libertad con responsabilidad y autonomía con ética.