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ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS - Coggle Diagram
ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS
VI.CERDO Y PIMIENTA
El Lacayo-Pez entrega una enorme carta y anuncia que es una invitación de la Reina para la Duquesa, para jugar croquet. El Lacayo-Sapo toma la carta y ambos lacayos se hacen una reverencia, y sus empolvados rizos entrechocan y se enredan. A Alicia le viene un ataque de risa y se aleja para que no la escuchen.
El Lacayo-Sapo, sentado fuera, cerca de la puerta, le dice que es inútil que golpee porque él está del mismo lado de la puerta que ella y porque dentro todos están haciendo tanto ruido que no la escucharán.
Alicia concluye que es inútil seguir conversando con el Lacayo y abre la puerta y entra. Se encuentra con una cocina llena de humo, con el aire lleno de pimienta y empieza a estornudar. En la cocina está la Duquesa, con un bebé en brazos y la Cocinera, que está revolviendo una sopa con mucha pimienta, y además hay un gato sonriendo.
licia le dice a la Duquesa que no conoce a otros gatos que sonrían de oreja a oreja. La Duquesa le informa que este es un Gato Cheshire y dice que Alicia no sabe mucho. De pronto la cocinera empieza a tirar todo tipo de cosas de la cocina a la Duquesa y al bebé.
Preocupada por la vida del bebé, Alicia le ruega a la cocinera que tenga cuidado con lo que hace. La Duquesa aprovecha para entregar una de sus moralejas y máximas “Si cada uno se ocupara de sus propios asuntos
Alicia está segura que eso no está bien por lo que aprovecha la oportunidad para mostrar algunos de sus conocimientos y explicarle a la Duquesa los problemas de tener un mundo que gire más rápido.
Alicia concluye que lo mejor es llevarse al niño con ella antes que la Duquesa y la Cocinera lo maten.
El Gato le indica una dirección y le dice que vive el Sombrerero. En la otra dirección vive la Liebre de Marzo.
El Gato le pregunta a Alicia si jugará al croquet con la Reina; El Gato desaparece y luego reaparece para preguntarle qué ha pasado con el bebé. Alicia le cuenta que el bebé se convirtió en un cerdo, lo que no sorprende al Gato y desaparece nuevamente.
V.CONSEJOS DE UNA ORUGA
Alicia y la Oruga se miran uno a la otra por un largo rato hasta que finalmente la Oruga se dirige a Alicia con voz adormilada y le pregunta quien es.
La Oruga le ordena que se explique y que aclare que es lo que acaba de decir.
Esto no le clarifica las cosas la Oruga, a quien no le parece que cambiar de tamaño una y otra vez sea algo confuso. Alicia le recuerda a la Oruga que un día se convertirá en una crisálida y ese día se dará cuenta de lo extraño del cambio, pero la Oruga no está de acuerdo.
Alicia le dice que no le preocupa exactamente de qué altura ser, pero que no le gusta estar cambiando con tanta frecuencia, como la Oruga debería saber. La Oruga le dice que no sabe nada y Alicia empieza a perder la paciencia.
Le dice a la Oruga que le gustaría ser un poco más grande y la ofende al decirle que siete centímetros (el tamaño de la oruga) es un tamaño insignificante.
Luego, la Oruga deja a Alicia, se baja de la seta y empieza a deslizarse por la hierba. Cuando se va, le comenta a Alicia que uno de los lados de la seta la hará más alta y el otro lado la hará más pequeña.
Alicia se queda un rato contemplando pensativa la seta, en un intento por descubrir cuáles serían esos dos lados, ya que la seta es redonda, hasta que finalmente arranca, con cada mano, un pedacito del borde
Asustada, rápidamente come de la otra mano aunque tiene la mandíbula pegada contra el pie. Su cabeza sube, pero de pronto se da cuenta que ya no puede ver sus propios hombros debajo de la copa de los árboles que rodean su cuello.
Escucha un chillido de una Paloma que se asusta con Alicia porque parece una serpiente. Más allá de las protestas de Alicia, la Paloma continúa diciendo que es una serpiente
Alicia intenta decirle al pájaro que no es una serpiente, sino una niña, pero la propia Alicia no está segura si sigue siendo una niña, ya que ha pasado por muchos cambios en un sólo día
Llega a una casita de apenas un metro de altura. Cuando Alicia se da cuenta que es demasiado grande para presentarse en ese casa, mordisquea la seta de su mano derecha hasta que su altura es de algo más de 20 centímetros.
VII.UNA MERIENDA DE LOCOS
Fuera de la casa, la Liebre de Marzo y el Sombrerero están tomando el té mientras el Lirón duerme entre ellos. Alicia se acerca, pero los demás gritan que no hay sitio, a pesar de que están sentados en una mesa muy grande.
El Sombrerero pregunta qué día del mes es y se da cuenta que su reloj está dos días atrasado. Enojado le recuerda a la Liebre de Marzo que no le parece buena la idea de la Liebre de ponerle mantequilla al reloj. Alicia mira el reloj y le resulta muy extraño.
El Sombrerero le dice que ese reloj es perfectamente normal, porque ni su reloj ni los relojes de los que Alicia habla dicen el año. Alicia está segura que ese comentario no tiene sentido aunque entiende las palabras individuales.
Cuando le pregunta si ya sabe la respuesta a la adivinanza, Alicia confiesa que se da por vencida. El Sombrerero y la Liebre tampoco saben la respuesta, lo que fastidia a Alicia.
El Sombrerero explica que es mejor estar en buenos términos con el tiempo; le cuenta que una vez tuvo una pelea con el tiempo, una vez que participó de un concierto de la Reina de Corazones.
A la Reina no le gustó su actuación y gritó que estaba matando el tiempo. Desde ese momento, para el Sombrerero siempre son las seis en punto; o sea siempre es la hora del té.
La Liebre de Marzo, que está bostezando con la conversación, sugiere que Alicia cuente una historia.
La Liebre le pregunta a Alicia si quiere más té. Irritada, Alicia contesta: “Hasta ahora no he tomado nada --protestó Alicia en tono ofendido--, de modo que no puedo tomar más”. A esto el Sombrerero dice, “Quieres decir que no puedes tomar menos... Es mucho más fácil tomar más que nada”.