Estos bienes deben valuarse al costo de adquisición, al de construcción o, en su caso, a su valor equivalente, esto incluye el precio neto pagado por los bienes más todos los gastos necesarios para tener el activo en lugar y condiciones que permitan su funcionamiento, tales como los derechos y gastos de importación, fletes, seguros, gastos de instalación, etcétera.