En una disociación más moderada el paciente sufre la sensación de que lugares, sucesos e incluso su yo, se le han vuelto un tanto desconocidos. En una forma más seria, se le hace tan extraño el mundo externo, que el paciente se siente en un mudo de sueños.
Se pueden borrar las experiencias dolorosas a una gran escala, que el paciente ovlida su propio pasado e incluso llega a perder su identidad personal.
El paciente trata de escapar de sus conflictos, no exponerlos, aun cuando sus maniobras para huir lo separen del medio circundante inmeadiato o de su propio pasado personal.