Desde la perspectiva de salud colectiva, las prácticas que confrontan el individualismo y la competencia, propios de la sociedad de mercado, para sustituirlos por la solidaridad y la cooperación son prácticas que promueven la salud. Sería deseable que, a pesar de las dificultades y resistencias institucionales, se pudiera avanzar por el camino de encontrar vías y contextos de acción, para que la creatividad penetrase cada vez más en los, todavía rígidos y poco permeables, espacios en los que se gestiona y decide sobre la forma de la vida social.