Hace 2 millones de años, cuando los homínidos reunieron unas características biológicas y culturales que permitieron el salto a un nivel comunicativo cualitativamente superior. Aproximadamente hace 2,5 millones de años aparecen el registro fósil los primeros representantes del género Homo, los Homo habilis. El estudio de moldes endocraneales de H. habilis sugiere la presencia en su cerebro de las dos áreas que en el hombre moderno están asociadas a la capacidad lingüística, las áreas de Broca y Wernicke. Se ha detectado en esta especie el inicio del descenso de la laringe mediante el estudio del basicráneo, que permite diferenciar se de sus predecesores en el registro fósil y de primates actuales que lo acerca a la anatomía propia del H. sapiens. Culturalmente, H. habilis tiene un nivel superior de complejidad, constatado a través del estudio de sus industrias líticas y de supuesta sociabilidad. Esta capacidad lingüística se hace más patente en su sucesor en el registro fósil, H. erectus, que tiene una encefalización y un esqueleto muy similares al hombre actual. No obstante, la capacitación para un lenguaje de doble articulación no aparecería hasta los primeros humanos anatómicamente modernos, hace unos 150.000 años, y sería exclusiva del H. sapiens.