Cuando aumenta la temperatura de cualquier cuerpo éste se dilata, es decir, aumenta de volumen (o superficie o longitud). Esto se debe a que las partículas que lo forman (átomos, moléculas) se moverán más deprisa, vibrarán más, y se separarán más unas de otras, tendiendo a ocupar más espacio. Al contrario, si la temperatura disminuye, el cuerpo ocupará menos espacio, es decir, se contraerá. Estos fenómenos, conocidos como dilatación y contracción térmica, ocurren en los tres estados de la materia.