CONCLUSIONES: Cuando nos enfrentamos a las vicisitudes que la cotidianeidad nos presenta muchas veces no tenemos los elementos para solventar estos problemas, el manejo de las emociones es fundamental para encontrar la respuesta idónea. Necesitamos tener la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones, para esto, debemos desarrollar la inteligencia emocional. Entender y gestionar nuestras emociones en una forma que aminore el estrés se ha vuelto más que necesario ya que esto nos permitirá un mejor desarrollo humano. Debemos educar nuestras emociones, conocer sus principios para lograr la regulación emocional adecuada y conocer sus elementos esenciales. De este modo, haremos que la inteligencia emocional, propia en cada ser humano, alcance un alto nivel de desarrollo y con ello forjaremos relaciones sanas y equilibradas en todas nuestra actividades ya sea el núcleo familiar, en la escuela o en el trabajo. La inteligencia emocional nos da la capacidad de hacer cualquier cosa de forma más eficiente y alcanzar mejores niveles de rendimiento, gracias a que toma en consideración las medidas para conocer más sobre nuestra salud mental y física, así como la de otras personas.