CONCLUSIONES: Lo social es un elemento determinante del desarrollo de la personalidad pero ésta no puede concebirse como un resultado directo de las influencias sociales, lo definimos como un sistema de sentidos psicológicos que le sirven de base al sujeto para desplegar su actuación en el medio social y perfeccionarse en lo personal. Cuando lo social se individualiza y lo psicológico se hace específico se vuelve mediador de las influencias externas. El desarrollo es un proceso dinámico en constante cambio. Las exigencias sociales no deben ajustarse o estar por debajo, ni tampoco excederse de las posibilidades de la personalidad, más bien deben trascender las actuales potencialidades del sujeto para estimular la aparición de nuevos recursos y operaciones psicológicas. El ser humano desde que nace es un individuo y su vida se encuentra en una medio sociohistórico determinado. La personalidad es un importante sistema psicológico autorregulador del comportamiento. Los sentidos psicológicos son propios de cada persona, es decir, son únicos, irrepetibles e individuales. Cuando el individuo desarrolla totalmente su personalidad se convierte en el sujeto psicológico de las relaciones sociales. La personalidad es la instancia psicológica donde se integra y articula la influencia de la sociedad en el individuo.
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