Felipe II fue gobernante de un gran imperio con una practica muy española y católica. Fue un hombre muy comprometido, responsable de su puesto (en el cual duró 43 años), de gran cultura, amante de la naturaleza y la caza. Es una persona que tuvo una vida dura, pues perdió a su madre con 12 años de edad, al igual que perdió a 4 mujeres. Por su parte, los ingresos del rey provenían, por un lado de los impuestos (especialmente de Castilla) y por otro de las remesas de plata. Pero, a pesar de tener ingresos importantes, la Real Hacienda no tenía capacidad ni flexibilidad para pagar en momentos ni lugares concretos, esta situación lo obligaba a pedir créditos, lo cual le hizo endeudarse con los banqueros (especialmente extranjeros). Lo anterior provocó que a mediados del s. XVI se produjeran tres grandes quiebras del estado.
Antonio Pérez, consejero de estado de Felipe II fue perseguido por la Santa Inquisición y la utilización de sus textos promovieron la llamada leyenda negra.
El sentimiento religioso de Felipe II se materializa en la Iglesia consagrada como Basílica, que preside el conjunto monumental de el Escorial.
El Colegio Toledano de Doncella Nobles y los Monasterios madrileños de Santa Isabel y la Encarnación son tres tesoros de la Corona española