, hasta la sanción de la Ley Inglesa del 10 de Agosto de 1842, imperó la libertad más absoluta, en cuanto a los métodos de explotación de minas. Pero, a partir de la sanción de esta Ley, recuerda Joaquín V. González, "la legislación sobre el trabajo y las relaciones entre obreros y patrones, ha tomado un carácter importantísimo", la que se acentúa con la sanción de la Ley del 16 de Septiembre de 1887,