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La moral contemporánea-El crepúsculo del deber/Capítulo II - Coggle Diagram
La moral contemporánea-El crepúsculo del deber/Capítulo II
"Tú debes" se ha vuelto una expresión imperiosa, impuesta por la sociedad democrática
Los valores que reconocemos son más negativos "no hacer" que positivos "tú debes"
La lógica posmoralista es la tendencia dominante de nuestra cultura ética, no la única.
El nuevo dato posmoralista: lejos de ser la norma ideal, la reactivación del deber absoluto plantea la reprobación y aún la indignación colectiva
El moralismo se ha convertido en una figura socialmente sinónima de terrorismo e inhumanidad
En la época posmoralista predomina una demanda social de límites justos, de responsabilidad equilibrada, de leyes estrictas aptas para proteger los derechos de cada uno, no el espíritu del fundamentalismo moral
Estamos en una civilización del deber a una cultura de la felicidad subjetiva
La dinámica colectiva de la autonomía subjetiva es desorganizadora y autorganizadora, sabe reinscribirse en un orden social cuyo estímulo ya no es la presión moral ni tampoco el conformismo
Se ha edificado una nueva civilización que ya no se dedica a vencer el deseo sino a exacerbarlo y desculpabilizarlo
Estimulando permanentemente los valores del bienestar individual
La era del consumo ha descalificado masivamente las formas rigoristas y disciplinarias de la obligación moral
La liturgia del deber se ha vuelto inadecuada para la cultura materialista y hedonista basada en la exaltación del yo
La época posmoralista es aquella en la cual la cultura cotidiana está denominada no sólo por los objetos, el self-love y el psicologismo, sino también por la información
No sólo consumimos objetos y películas sino también la actualidad escenificada, lo catastrófico, lo real a distancia
La era de la felicidad de masas celebra la individualidad libre, privilegia la comunicación y disminuye el número de elecciones y opciones.
El hedonismo expresa e intensifica el cuto individualista del presente, descalifica el valor trabajo, contribuye a desocializar, desestructurar y marginalizar aún más a las minorías étnicas de las grandes metrópolis