Se puede definir como la capacidad de usar las palabras de manera efectiva al escribirlas o al hablarlas, pudiendo así citar tres tipos de inteligencia lingüística, la oral o verbal y la escrita. Por ello, describe la capacidad sensitiva en el lenguaje hablado y en el escrito, la habilidad para aprender idiomas, comunicar ideas y lograr metas usando la capacidad lingüística.
Esta inteligencia incluye también la habilidad de usar efectivamente el lenguaje para expresarse retóricamente o tal vez poéticamente. Esta inteligencia es normal en escritores, poetas, abogados, docentes, líderes carismáticos y otras profesiones que utilizan habilidades como la de comunicarse.