Una de las funciones del docente es propender y velar por la convivencia en el aula y en la institución, en la cual las acciones y toma de decisiones particulares que el estudiante lleve a cabo tendrán repercusiones en el otro como sujeto y la interacción social que este otro pueda tener con el estudiante; al margen de la formación de sujetos integrales, y de sus funciones para posibilitar en el estudiante el reconocimiento de sí mismo como parte activa de una sociedad; se debe entonces reconocer al maestro como sujeto que posibilita el desarrollo del currículo; el cual se encuentra transversalizad por la adaptación que debe tener el estudiante a la vida en sociedad, a partir del desarrollo de competencias y habilidades necesarias para la vida en comunidad, dentro de estas se enmarca la negatividad del conflicto, la cual se encuentra determinada por las actitudes que aborden los actores de este y el tipo de resolución que se lleve a cabo, así pues emerge como una necesidad esencial la labor del docente bien sea como mediador neutral en la resolución del conflicto, o como educador que instruye a los sujetos para darle herramientas que posibiliten la resolución pacífica del conflicto.