Se desarrolló en un hogar con carencia afectiva por parte de su madre, quien era rígida, autoritaria, utilizando frecuentemente chantajes emocionales para obtener ganancias secundarias y salirse con la suya; en casa se hacia lo que su madre decía, incluso Antonia trabajaba y el dinero que ganaba tenia que dárselo a su madre. No hubo muestras de cariño de su madre, ni motivación para que alcance sus metas.
Palabras de su madre: "Unas lagrimas no la mataran"
Su padre por el contrario, se muestra sumiso al complacer a su esposa en todo lo que ella quiere, no interfiere en las decisiones que ella toma en casa, y en la forma que trata a Antonia.
Posteriormente al decirle que no es su hija, su madre decide echarle de la casa, lo cual en lugar de desmotivarla le impulsa a seguir adelante.