Aunque las personas obsesivo compulsivas regresan parcialmente al nivel de niños pequeños y se preocupan por problemas del bien y del mal a nivel del entrenamiento en relación con sus esfínteres, siguen siendo adultas en realidad. Emplean un lenguaje de adultos, no balbuceos, y usan una lógica adulta de proceso secundario aparte de su simbolismo infantil. Los ritos, enumeraciones, agrupamientos, simétricos, ecuaciones é incluso sistemas complejos que aparecen en su sintomatología escapan a las capacidades de un niño pequeño.Éstos son ejemplos de formas de proceso secundario empleadas, en interés de las metas del proceso primario.